Los acuarios mejor
adaptados para asegurar el bienestar de los peces tienen una capacidad que
oscila entre los 100 y 1500 litros. La más apropiada será aquélla que ofrezca
la mayor superficie de contacto entre el aire y el agua. La vida de los peces y
de las plantas acuáticas depende, en realidad de los intercambios de gases con
la atmósfera.
La altura del agua
del tanque también es importante a la
hora de escoger un acuario, ya que es un factor susceptible de limitar la
penetración de la luz, energía indispensable para el crecimiento de las
plantas.
Sea cual sea la forma o
el volumen del acuario que hayamos escogido, el soporte sobre el cual repose
debe ser sobre todo estable, sin ninguna aspereza, e indeformable bajo el peso
del tanque. Todas estas condiciones las reúne un soporte metálico especial, de
acero soldado o de aluminio. También puede servirnos una mesa de madera sólida,
recubierta con un tablero de aglomerado hidrófugo, de 15 a 22 mm de espesor,
sobre el que colocaremos una plancha de poliestireno expandido de 20 a 30 mm.
Este revestimiento, que compensa cualquier defecto y, ocasionalmente, las
deformaciones posteriores del soporte, evita la ruptura del cristal del fondo
del tanque. A partir de un contenido de 500 litros, es decir, para un peso
total de unos 700 kg, es preferible construir un soporte de hormigón armado,
sin olvidar intercalar la plancha de poliestireno entre soporte y acuario.
En los comercio podemos encontrar gran variedad de tanques con el mueble incorporado. |
En los comercios
especializados es fácil encontrar un amplio surtido de tanques de vidrio colado
realizados en dimensiones estándar. Por lo general, estos acuarios que se
venden listos para usar tienen la ventaja de que se presentan con una galería
de iluminación bien adaptada y tapaderas de cristal que protegen los tubos
fluorescentes. Otra solución, mas económica, consiste en adquirir un acuario de
ocasión.
Según el espacio o el
soporte de que dispongamos, podemos considerar la realización de un acuario a
medida adaptado exactamente a nuestras necesidades.
Los acuariófilos más
habilidosos pueden hoy en día concebir y realizar tanques de forma
extremadamente variadas, a veces de gran capacidad. La construcción de un
tanque de dimensiones medias, entre 100 y 300litros, es perfectamente
realizable por el aficionado que disponga de un presupuesto limitado. Con un
poco de experiencia, un acuariófilo puede adquirir del cristalero el vidrio
necesario para construirse su propio acuario.
El corte menos problemático es el corte limpio, pero a veces hay que
recurrir a otro tipo de juntas, que dan una lámina de cristal perfectamente
rectilínea, para construir acuarios de gran volumen destinados a un sitio
público. Una vez tengamos los cristales, hemos de limar sus aristas
cuidadosamente para evitar que aparezcan microfisuras, pero sobre todo para
alejar cualquier riesgo de corte accidental. Las resinas o siliconas
translúcidas, que conservan toda su elasticidad, sean cuales sean las
circunstancias, se presentan en barras de 300 ml o en tubos más pequeños. El empleo de barras
o cartuchos necesita de una pistola especial.
Si el endurecimiento de
estas masillas precisa de 24 horas a temperatura ambiente, eso quiere decir que
hasta pasadas 48 o 72 horas, no podremos llenar el acuario.
Disposición del vidrio para el montaje. |
El encolado y el
desengrase de los cristales constituyen las operaciones más delicadas. Las
numerosas huellas digitales impresas en los cristales se limpian con un algodón
empapado en acetona. Para proceder al montaje, se colocan los cuatro laterales
sobre un soporte horizontal alrededor del cristal del fondo, perfectamente
desengrasado y encolado en todo su perímetro. Acto seguido, se ponen verticales
los dos laterales pequeños que va a mantener los grandes cristales frontal y
trasero, previamente encolados también. La operación de encolado termina
colocando una cinta adhesiva que rodee completamente el acuario por arriba y
por abajo. Pasados dos o tres días, podemos eliminar las poco estéticas rebabas
con ayuda de un cúter. Si el acuario que estamos construyendo tiene una
longitud superior a 100 cm, habrá que prever uno o varios refuerzos para
asegurar una rigidez suficiente al tanque.
Antes de instalar
definitivamente el acuario y su equipamiento técnico, hemos de escoger un buen
emplazamiento y respetar una serie de normas elementales. Hay que evitar
colocar el acuario cerca de una ventana, ya que los rayos directos del sol
aceleran la proliferación de algas, las cuales acaban asfixiando a las plantas
acuáticas. Tampoco le beneficia un lugar expuesto a las corrientes de aire o
cerca de un radiador. En cuanto a los pasillos demasiado estrechos y los
lugares de paso muy transitados, pueden estresar a los peces.
Acuarios encastrados
Para aprovechar el
espacio y disimular todo lo posible el equipamiento del acuario, podemos encastrar
el acuario en una pared y habilitar un acceso por delante o por detrás. En este
tipo de instalación, por lo general de gran valor estético, sólo queda visible
el cristal frontal.
De este modo, se
facilita la organización y disposición del material, sobre todo si contamos con
un punto de agua cerca.
Acuario encastrado en un muebles |
Quizá sea éste el tipo
de realización con el que consigue el efecto mas bello, ya que el acuario se
convierte en un auténtico cuadro vivo. Existen diversas posibilidades de
encastrar un acuario: en un mueble, en una pared… incluso podemos ser más
originales empleando la carcasa de un viejo aparato d televisión, aunque en
este caso, las probabilidades de que haya que construir el acuario a medida
serán más altas.
Si optásemos por
utilizar un mueble, lo mejor será que nos lo hagamos nosotros mismos, ya que de
este modo podremos integrar el compartimento técnico, incluso un pequeño
acuario hospital o de cría, haciéndolo lo suficientemente sólido. El aprovechar
un mueble preexistente plantea problemas de solidez y de recorte, si bien es
cierto que un acuario bien integrado en un mueble rústico tiene un bello efecto.
Ni que decir tiene que el mueble debe estar en armonía con la decoración
general de la habitación.
Integrar el acuario en
una pared implica un trabajo adicional de albañilería que puede desanimar a
ciertos aficionados. Sea cual sea la forma de encastrarlo, conviene tener en
cuenta los puntos siguientes:
Acuario encastrado en la pared |
·
La altura de la parte visible no
debe ser inferior a un tercio de la longitud, de lo contrario, tendrá un efecto
estético desfavorable;
· Hay que prever un acceso al acuario
para poder efectuar todos los trabajos de instalación, mantenimiento y
reparación. Este acceso puede habilitarse en la parte frontal o en la trasera
Acuarios de separación
Un acuario con una
bonita decoración puede llenar de vida el rincón oscuro de una habitación o
también separar dos ambientes. Algunos fabricantes proponen muebles diseñados
específicamente para el acuario, de modo que el conjunto se integra fácilmente
en el ambiente moderno o rústico de una habitación.
Original pero delicado
de realizar, este tipo de acuario puede quedar espectacular si la decoración es
la apropiada.
El acuario de separación divide dos zonas de una habitación |
Este tipo de acuario se
emplea para separar dos habitaciones, por lo general el comedor del salón, o bien
para dividir una habitación espaciosa en dos ambientes. Lo que queda visible
son tres lados, aunque los dos más grandes serán los que más llamen la
atención. Se puede colocar sobre un mueble, pero lo cierto es que se obtienen
resultados más interesantes con un murete, que además proporciona mayor
solidez. Conviene calcular bien el ancho de este murete: si lo hacemos
demasiado estrecho, nos planteará problemas a la hora de decorar el acuario,
mientras que si lo hacemos demasiado ancho, se verá afectada negativamente la
estética de la habitación. En algunos casos, este murete debe ser hecho a
medida.
La decoración
constituye el punto más importante. En la medida d lo posible, se intentará
dividir el acuario en toda su longitud con piedra en planchas delgadas, de tipo
pizarra, por ejemplo. De este modo, se evitan varias cosas: que se observe la
otra habitación a través del tanque, que queden a la vista las huellas de dedos
y de algas en los cristales, y que formen un posible contraluz que haga
resaltar la presencia de partículas en suspensión. Al pasar de una a otra
habitación, y en función de las dos partes de la decoración, se puede tener la
impresión de descubrir dos acuarios en lugar de uno solo.
Queda el problema del
material técnico. En el caso del murete, lo mejor es habilitar un compartimente
entre el acuario y una pared, ya que practicar un nicho en el murete no resulta
nada fácil. En el caso de un mueble, el material queda oculto fácilmente tras
las puertas. Tampoco hay que olvidar que en los comercios existen acuarios con
compartimente técnico integrado.
Nos queda hablar de la
altura, que será la que nos resulte más conveniente. Un acuario debe estar
colocado a la altura de los ojos, siendo preferible una ligera vista desde
arriba que una vista desde abajo. En las habitaciones en las que uno se sienta
a menor altura (un salón por ejemplo), la base del acuario debe estar entre 0’70
y 1 metro del suelo. En un comedor, sin embargo, deberá estar algo más alto,
entre 1 m y 1’20 m. En ambos casos, hará la delicia de los niños, que podrán
contemplarlo de pie, sin tener que hacer equilibrios sobre una silla. En los
lugares en los que un está de pie, la base del acuario no debería estar por
debajo de la cintura de una persona de estatura media.
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